El consumo desenfrenado al que estamos acostumbrados se verá cómo una anécdota después de la pandemia. Indiscutiblemente, a finales del año 2019, las prioridades cambiaron.
Los consumidores post coronavirus estarán más concienciados tanto de lo que les rodea como de su propio bienestar tanto económico, como de salud.
Es así como se verán perjudicados algunas cifras de ventas de comestibles, pues ya las familias comprarán lo justo (en su mayoría productos no perecederos) y dejan a un lado la adquisición de varias marcas a la vez.
Por eso, las marcas están viendo la necesidad de tener embajadores en todos sus grupos de interés, que compartan sus valores y apoyen sus decisiones.
Expertos de la consultora LLYC aseguran que “hoy, más que nunca, las marcas son de las personas. Aquellas con mayor reconocimiento público en su reacción a la pandemia han sido las que se han adaptado a las conversaciones que los usuarios ya estaban impulsando en redes y que han encontrado el punto de unión con su propósito para ser más relevantes”
Es importante percatarse de la evolución de las preferencias y los comportamientos del usuario,
“El consumo después del coronavirus volverá a estar impregnado de incertidumbre y búsqueda de seguridad, como ya ocurrió tras la crisis económica de 2008, o incluso, más”, afirma David González Natal, socio y director sénior global de Consumer Engagement de la consultora LLYC.